martes, 15 de mayo de 2012

Circuito Btt - Crónica Bogarra.

Tal y como estaba previsto, el pasado fin de semana nos desplazaríamos a la bonita y montañosa localidad de Bogarra, para disputar la que sería la 14ª prueba de la presente edición del Circuito Btt. Por delante un duro y espectacular trazado de 32 kilómetros, con un acumulado positivo de casi 1200 metros, lo cual pone claramente de manifiesto la exigencia de una ruta que, pese a disponer de tan poca distancia, nos permite ascender tantos metros de desnivel.
Momentos previos a la salida
Si el pasado fin de semana el tiempo que nos acompañó fue casi invernal, para esta semana, el cambio radical en la climatología, hacía que el domingo nos encontráramos con temperaturas plenamente veraniegas, tomando la salida a una temperatura próxima a los 25º, pero alcanzando y superando, en las horas centrales del día, los 30º.
Así, con algo más de 300 ciclistas en línea de salida y con muchas ganas de disfrutar del bonito recorrido que teníamos por delante, a las 10 de la mañana, se daba el pistoletazo de salida.
El inicio de la ruta sería duro y explosivo desde, prácticamente, el primer metro. Durante los primeros trece kilómetros deberíamos de superar una dura subida que nos llevaría desde Bogarra hasta el collado que se sitúa justo a los pies del pico del Padrastro a 1325 metros. Ésta subida dispondría de tres partes claramente diferenciadas, una primera parte con cinco duros kilómetros de ascensión, para pasar posteriormente a una zona sinuosa, también de cinco kilómetros, terreno de tipo rompepiernas, donde se alternarían los llanos con pequeñas subidas y bajadas, y una última parte de tres kilómetros donde nos encontraríamos el terreno más exigente de esta primera escalada y que nos llevaría al mencionado collado del Padrastro.
Primeros kilómetros de ascensión en la cabeza
De salida, y como es habitual se impone un fuerte ritmo, pero las primeras rampas se realizan de forma irregular en la cabeza de la prueba, ya que se van produciendo tirones y acelerones que se van alternando con pequeñas pausas. Tras estos primeros momentos, "irregulares", se impone en cabeza un ritmo constante, lo suficientemente fuerte como para dejar, ya desde estos primeros kilómetros, fragmentado en multitud de grupos el gran grueso de los participantes. Es en estos momentos cuando cada uno de nosotros, movidos por nuestros objetivos y espectativas personales, buscamos acomodo en uno de éstos numerosos grupos, imponiéndonos a nosotros mismos un ritmo, generalmente máximo, con unas pulsaciones cercanas a nuestro umbral anaeróbico o un poquito por encima, ritmo vivo y de sufrimiento, ese que tanto nos cuesta alcanzar en los días de duro y solitario entrenamiento, pero hoy es distinto, el contexto es completamente diferente, y de repente, y casi sin quererlo, somo capaces de llegar a nuestro tope, de mantenernos en él durante un tiempo, de acercarnos a nuestros límites, y de tensar nuestros músculos, para que, de nuevo, nuestro esfuerzo, generoso, sea más fuerte, y poco a poco le ganemos uno a uno la partida a la pendiente y a la distancia, da igual la posición, da igual el tiempo, uno a uno vamos superando esta primera prueba, sufrimos en nuestro esfuerzo casi agónico, pero disfrutamos de nuestras sensaciones y de la subida, los últimos kilómetros se hacen especialmente duros, la pendiente es pronunciada, el terreno es pedregoso y suelto, el calor aprieta, pero recibimos la recompensa a nuestro esfuerzo y llegamos al collado del Padrastro, a 1325 metros.
Llegados aquí, y casi con las primeras "bocanadas" de aire que nos permiten coger un poco de aliento, nos mentemos en nuestra primera senda, la cual es rápida, sencilla técnicamente, nos permite disfrutar de un merecido descenso sobre nuestra bicicleta.
Alfonso en pleno esfuerzo
Desde aquí, salimos de nuevo a la pista, y tras superar un último repecho, nos introducimos ahora en otro espectacular tramo de senda, para descender al caserío de las Yeguarizas. Este nuevo descenso es más exigente, pero más prolongado y bonito que el anterior, zonas rápidas se alternan con pequeñas trialeras y de desnivel, atravesamos y recorremos el monte por sus entrañas, disfrutamos de cada metro.
Llegamos ahora a las Yeguarizas y desde sus propias calles, de cemento, comenzamos otro nuevo ascenso.
Hemos relajado un poco las piernas, hemos cogido un poco de aire, y ahora toca revivir la historia vivida poco antes, de nuevo cogemos ritmo, subimos el pulso, lo cual no cuesta demasiado, la pendiente nos ayuda en nuestro empeño, y otra vez nos marcamos ese ritmo vivo y cuartelero que nos permite avanzar hacia la meta. Esta nueva subida no sería tan dura, en a penas tres kilómetros concluimos este tramo, pero los últimos metros son exigentes, una última rampa con porcentaje de doble dígito nos lleva al kilómetro veinte, donde volveríamos a introducirnos en otra senda, la cual es rápida, pero de pedaleo, predominantemente de bajada, circulamos próximos al cauce de una pequeña rambla.
Saldríamos ahora de nuevo a la pista que sube desde Bogarra hacia el Padrastro por su cara norte, terreno rápido, rodador, pero que dura poco, realizamos un giro a la derecha y nos dirigimos ahora a la última gran prueba para nuestras fuerzas, nuestros últimos metros de desnivel nos esperan en una subida corta, de tan solo 2 kilómetros, pero intensa y dura, de plato pequeño para la mayoría de los mortales. Sabemos ya que lo más duro está cerca de concluir, nuestro esfuerzo es generoso en unos casos, y de "supervivencia" en otros, todo depende de las fuerzas que hayamos gastado y de la condición física de la que dispone cada uno, pero, de nuevo, el esfuerzo tiene su premio, llegamos arriba, marcha el kilómetro 26, por la intensidad de lo vivido cualquiera lo diría, y comenzamos el descenso hacia Bogarra, a través otra técnica y bonita senda.
Juan Beltra y Juanma en la senda de Potoco
Concluimos esta senda y nos desviamos ahora por una ligera pero breve subida hacia la senda del Potoco. Esta senda, conocida por muchos, dispone de tramos muy técnicos, el terreno se encuentra roto, pedregoso, muy suelto, no hay lugar al despiste, ni a la relajación, arriesgar demasiado podría convertir nuestro descenso en una lotería, pese a todo, en algún tramo somos protagonistas de alguna pequeña caída, afortunadamente sin consecuencias, salvamos las curvas de herradura de Potoco como buenamente podemos y tras recorrer la rivera del Río Bogarra y superar la típica cuesta que nos encontramos dentro del pueblo...vemos la meta al fondo y concluimos.

Felicitar a los organizadores por el esfuerzo y animarles para que sigan haciendo las cosas con la misma ilusión y ganas, pues todo resultó un éxito.

Respecto a nuestros resultados, destacar una vez más, la gran labor que tuvimos como equipo, consiguiendo concluir los siete mejores de nuestro Club, entre los 50 primeros.

Nuestros resultados han sido los siguientes:
- Antonio Toral, 1h40´05´´     4ºGral-2ºM30.
- Juanma Carrión, 1h48´28´´     20Gral-10ºM30.
- Juan Beltra, 1h49´11´´     22ºGral-11ºM30.
- Diego Vazquez, 1h52´09´´     33ºGral-6ºM45.
- Alfonso García, 1h54´35´´     43ºGral-6ºM35.
- José I. García, 1h55´11´´     44ºGral-7ºM35.
- José Mª García, 1h55´59´´     49ºGral-14ºElite.
- Francisco J. Munuera, 2h06´58´´     113ºGral-22ºElite.



Club Jumilla Btt - Montesinos, con un merecido refrigerio


Primeras fotos ya disponibles en nuestraGALERÍA!


No hay comentarios:

Publicar un comentario