lunes, 24 de septiembre de 2012

Circuito Btt - Crónica Pétrola.


Continuamos con nuestra andadura por el Circuito Btt, en el día de ayer sería en Pétrola donde se celebraría la 25ª prueba del presente año.
Por delante un recorrido de 42 kilómetros, que tal y como se adelantó en el previo, tendría tres partes perfectamente diferenciadas, la primera y la última, podríamos calificarlas como tramos de transición, y una dura y espectacular parte central que discurriría íntegramente por la Sierra de la Muela y sus proximidades.
Primeros metros de la prueba
La mañana amanecería soleada y apacible, y a las 10 de la mañana se da la salida a los 440 participantes. En las mismas calles de Pétrola debemos afrontar el habitual repecho que nos permite la salida de la localidad hacia su cara sur, pero éste año la salida neutralizada, verdaderamente neutralizada, permite realizar estos primeros metros con algo más de pausa que en otras ocasiones y poco después de entrar en el primer camino ya se produce la salida lanzada. Estos primeros kilómetros se desarrollan por pista ancha y en buen estado, completamente recta, y con ligero viento de cara-costado derecho, estas circunstancias hacen que el ritmo no termine de ser alto en ningún momento y que los participantes no terminen de lanzarse. Los primeros 7 kilómetros discurrirían así, pero poco a poco nos acercamos a la mencionada Sierra de la Muela, y con este acercamiento la pista se inclina ligeramente hacia arriba, lo cual, junto con un cambio de camino a la izquierda, provoca el primer acelerón fuerte de la mañana y la prueba se lanza definitivamente.  Ésta ligera pendiente se acentúa conforme nos metemos en el monte, hasta que se corona esta primera subida. Como decía, la prueba va ya completamente lanzada, y así se afronta un rápido descenso, el cual se hace a gran velocidad. Realizamos ahora un brusco giro a la derecha, y el camino se vuelve mucho más estrecho y sinuoso, el terreno es predominantemente descendente, pero nos vamos encontrando pequeños repechos, que se superan a ritmo cuartelero, el terreno es cada vez más pedregoso, lo cual, junto con la sequedad en la que se encuentra, dificulta muchísimo el dominio de la bici, especialmente a lo largo de la gran cantidad de curvas bruscas e inesperadas que nos vamos encontrando, hay que tocar los frenos con mucho tacto y trazar con muchísimo cuidado, para permanecer dentro del camino y evitar posibles caídas o hacer algún recto.
Miguel tirando de un numeroso grupo
A la llegada a unos campos de olivos, concluye este primer descenso, cambiamos el camino anterior por otro con el firme en mejor estado, pero el trazado sigue siendo ratonero y sinuoso, repleto de curvas y cambios de sentido. Desde éstos mismos campos, afrontaríamos ahora la primera subida realmente dura de la ruta y que vendría a concluir en nuestra primera llegada a los molinos que se encuentran en la cresta de la montaña. En la línea de lo que comentaba, el trazado es completamente revirado, pese a ser una subida prolongada, nos encontramos con pequeños y breves descensos, que se alternan con rampas de bastante dureza, cuesta cierto trabajo coger ritmo, y al que más y al que menos también le cuesta elegir el desarrollo adecuado, utilizar uno demasiado duro te deja clavado, uno demasiado suave no te permite desarrollar la potencia necesaria para superar la subida, esto nos obliga a fijarnos cada vez más en nosotros mismos, y realizar la escalada de acuerdo con la capacidad que nos ofrecen y dan nuestras propias fuerzas, y, aunque sufriendo, disfrutar de las sensaciones propias del esfuerzo y que nos ofrece el recorrido.
Octavio en uno de los descensos
Así superamos esta primera subida, y afrontamos un empinado y técnico descenso por senda, éste es rápido y bonito, la senda es estrecha y se encuentra muy suelta, hay que llevar especial cuidado.
Concluido éste descenso, realizamos un brusco giro a la derecha para coger de nuevo otra estrecha y bonita senda, pero ésta vez de subida. Ésta senda se empina y endurece conforme se avanza a través de ella, pese a requerir de una cierta técnica, permite ser recorrida entera sobre nuestra bici, hasta que se llega a un tramo de camino, todavía más empinado y técnico, que, aunque durante unos pocos metros, obliga a poner pie a tierra, para volver a montarnos poco después sobre nuestra bici y llegar de nuevo a la pista donde se encuentran los molinos. Ésta subida ha sido mucho más dura que la anterior, el esfuerzo ha sido máximo y la dureza y belleza del trazado resultan evidentes.
Nos lanzamos de nuevo en otro descenso, también por senda, pero mucho más rápido que el anterior, ya que nos encontramos con una larga y empinada recta, la elevada velocidad y el terreno, tremendamente pedregosos y repleto de impredecibles imprevistos, hacen que nuestro descenso, en parte, se convierta en algo parecido a un acto de fe.
Concluimos éste descenso y tras otro brusco giro a la derecha, afrontamos ahora nuestra tercera y última subida a los molinos. Ésta subida sería la más empinada, dura y técnica de todas, ya que se realizaría casi íntegramente por senda, por un tramo de senda que el año pasado bajamos. Los desniveles son extremos, superan el 20% holgadamente en algunos de sus tramos, la musculatura va inevitablemente castigada y fatigada, ante tanto cambio de ritmo, propiciado por un trazado sinuoso y rompepiernas como era ayer el caso. Éstos factores hacen que nuestro pedaleo, en la punta del sillín, se convierta cada vez más en un pedaleo de supervivencia, tiramos de nuestros desarrollos más elevados, de riñones, de brazos, de nuestros mejores recursos técnicos, con el único deseo de valernos de nosotros mismos para superar la pendiente, la montaña y los obstáculos que a nuestro avance vamos encontrando.
Así, la senda afloja su pendiente, sentimos esto con alivio y de nuevo llegamos a los molinos.
Diego en la bajada final a Pétrola
Nos dejamos caer de la Sierra por otra senda, en la línea de las anteriores, pero más corta, para salir poco después a las Anorias. Por delante ahora, el último tramo de la ruta, la vuelta a Pétrola, por caminos y pistas. Superamos el duro repecho a la salida del Caserío, para lanzarnos después en busca de nuestro destino. Rodamos a gran velocidad ahora, el viento sopla a favor, volvemos a tirar de plato grande y de desarrollos duros, aunque sufriendo, seguimos exprimiendo nuestras fuerzas, tras las “miserias” vividas en nuestro pedaleo, cuando kilómetros atrás superábamos aquellas empinadas pendientes, parece que sentimos un resurgimiento, una resurrección de nuestras fuerzas, pero Pétrola está cerca, y en el duro repecho que nos encontramos justo antes de la entrada al pueblo, la realidad nos pega de lleno y de nuevo la pendiente nos pone en nuestro sitio. Así, descendemos por la empinada senda, habitual, que nos da acceso a las calles y…concluímos.
Felicitar a Pétrola, en la línea de todas las rutas anteriores, organización y señalización perfecta, algo que no por habitual, deja de esconder detrás un gran trabajo y un gran éxito. Únicamente comentar, ya que ha pasado en otras pruebas, y de forma constructiva, que lo justo sería reconocer el esfuerzo a los tres clasificados de cada una de las categorías, con una participación que suele superar con creces los 400 inscritos, éste es un detalle insignificante y justo que incomprensiblemente a veces no se aplica.

Por otro lado, destacar de nuevo la actuación que como Club tuvimos, con 7 de los nuestros entre los 50 mejores, así como el 2º puesto en M35 de nuestro amigo y compañero Octavio Paya.

 Los resultados detallados son los siguientes:
Antonio Toral, 1h34´40´´     7ºGral-4ºM30.
Octavio Paya, 1h34´41´´     8ºGral-2ºM35.
José I. García, 1h38´58´´     25ºGral-4ºM35.
Miguel García, 1h40´54´´     38ºGral-7ºM35.
Juan M. Carrión, 1h41´04´´     41ºGral-15ºM30.
Francisco J. Munuera, 1h41´54´´     43ºGral-8ºElite.
Diego Vazquez, 1h42´07´´     46ºGral-7ºM45.
Juan F. Lozano, 1h46´27´´     96ºGral-22ºElite.
Juan A. Fernández, 1h52´42´´     136ºGral-26ºElite. 

Primeras fotos ya disponibles, pincha en nuestra GALERÍA!


No hay comentarios:

Publicar un comentario